Cuando una persona pierde un diente lo más frecuente es que esta pérdida venga acompañada de pérdida de soporte óseo y también de la encía que lo rodean. Por esto, es necesario, por lo general, realizar intervenciones para reponer los tejidos perdidos con el fin de poder colocar un implante posteriormente para generar de nuevo las condiciones óptimas para la fijación del nuevo diente.
Estas intervenciones, también conocidas como injertos óseos o de hueso, se realizan previa o simultáneamente a la colocación del implante dental. Y si se trata de una zona visible (zona estética) también será necesaria implementar un injerto de encía para conseguir un aspecto totalmente natural.
¿Y el hueso de dónde proviene?
En algunas ocasiones, recurrimos a coger partículas de hueso del propio paciente, de otra zona de la boca o zona donante, como por ejemplo del área de la muela del juicio o del mentón.
Pero en otras ocasiones y gracias a los avances técnicos y tecnológicos, con los bio-tejidos o sustitutos óseos de origen animal, ahora podemos llevar a cabo los procedimientos de regeneración ósea evitando las molestias provocadas de la zona donante. Estos materiales cumplen con todos los criterios de seguridad y eficacia y han demostrado su alta eficacia tanto en el ámbito de la implantología como en otras especialidades médicas.
Si tu caso necesita de un procedimiento de regeneración ósea no dudes en consultarnos como especialistas en esta materia.