A medida que pasan los años, nuestra fisionomía corporal cambia. Estos cambios también se producen en nuestra morfología de la boca. Como consecuencia, somos más propensos a determinados problemas dentales. Cada etapa de nuestra vida es un mundo diferente y tenemos que estar preparados para ello.
Después de los 50, los problemas dentales más comunes son la sequedad bucal, apiñamiento dental, el cáncer oral y, aunque nos parezca extraño, recuperamos la incidencia de la caries. En Redondo&Cardoso disponemos de las soluciones más adecuadas a cada necesidad y franja de edad. Pero lo principal para prevenir es conocer las afecciones que podemos padecer, a continuación detallamos las más frecuentes:
El desgaste dental
Con la edad se sufren cambios a nivel de la estructura microscópica de la matriz ósea y su composición química, presentando un incremento de la pérdida dental. Además influyen en este desgaste la fricción de los dientes durante la noche (bruxismo), los hábitos alimenticios, los medicamentos ingeridos… Las soluciones actuales para el desgaste dental son múltiples y aportan una apariencia de diente sano y natural. En este video https://www.facebook.com/RedondoyCardoso/videos/1240808932664630/ podemos ver un caso real de una recuperación de la sonrisa.
Los problemas periodontales
Hay que tener en cuenta que el hueso está en constante evolución, gracias al estímulo de la actividad bucal. La masticación influye en que la masa ósea se regenere, pero esa característica se pierde en los espacios sin dientes porque al desaparecer la raíz, se anulan las señales que mueven a reconstituir el hueso. Como resultado, la densidad ósea se disuelve, primero en anchura y finalmente en altura. Con la edad esta masa ósea también desciende y se acentúa el problema.
Por ello, cuando las personas acuden a que se les coloquen implantes para reemplazar los dientes perdidos, a menudo nos encontramos con que es necesario ayudar artificialmente a la recuperación del hueso. Es un tratamiento complejo, en casos extremos por esto hay que acudir a los especialistas en cuanto perdemos piezas dentales o percibimos una disminución de la anchura o longitud de los dientes.
La caries dental
Volvemos a un problema que se creía superado, pero a partir de los 50, vuelven a aparecer las temidas caries y puede ser un problema realmente grave. Pueden aparecer en la superficie de los dientes, alrededor de empastes antiguos e incluso en la raíz de los dientes, siendo este último caso el más grave, ya que puede causar pérdida del diente. Para evitarlo hay que seguir unos hábitos de higiene minuciosos: cepillarse los dientes después de cada comida, utilizar el hilo dental diariamente, usar un limpiador lingual y también un irrigador bucal. Es posible, además, que el dentista te recomiende algún colutorio específico. Además de todo esto, recuerda que debes programar visitas a tu clínica dental por lo menos dos veces al año.
La sequedad bucal
En la salud oral, la saliva juega un papel muy importante, ayuda a mantener la boca húmeda y combate las bacterias. Cuando no hay producción suficiente de saliva, se produce sequedad bucal o síndrome de la boca seca. A partir de los 50, y como consecuencia de tomar una gran cantidad de medicamentos, es bastante frecuente. Los síntomas son garganta seca, dificultad al tragar, mal aliento…. ¿Posibles soluciones? masticar chicle (sin azúcar) para estimular la producción de saliva e incrementar la ingesta de agua. Si el problema continúa, consultar con su el dentista.
Apiñamiento dental
El desplazamiento dental a lo largo de la vida es continuo, y puede producir apiñamiento, que es una acumulación de las piezas dentales, sobre todo en la parte frontal. Al ocurrir esto, las bacterias y los restos de alimentos se acumulan fácilmente, provocando caries dentales, desgaste en el esmalte y la posible aparición de bruxismo. Para prevenirlo es recomendable frecuentes limpiezas dentales o algún tratamiento de ortodoncia.
El cáncer oral
Como cualquier tipo de afección, el cáncer tiene más probabilidades de contraerse después de los 50. Los pacientes esta patología suelen padecerlo por ser fumadores y/o consumidores de alcohol habituales. ¿Cómo detectarlo? Habitualmente aparecen bultos, úlceras y manchas rojas o blancas en la mucosa de la boca o en la lengua. El diagnóstico precoz de esta enfermedad es clave para erradicarla a tiempo y, por ello, las revisiones dentales periódicas son esenciales.